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Una ciudad de Oscar
Casablanca (Dar al-Bayda en árabe), es la ciudad más grande de Marruecos y su capital comercial, así como el puerto más grande del Magreb, más activo que el de Marsella, que fue creado inspirándose en este.
El monumento más conocido de Casablanca y una parada que no puede faltar en un crucero por el Mediterráneo es la
Mezquita de Hassan II, pero aquí también se encuentra el único museo judío del mundo musulmán. Sin embargo, lo mejor de la ciudad es la arquitectura
morisca y
art decó de la época colonial. Cuando
cruzas el Mar mediterráneo a bordo de un
Crucero MSC, Casablanca, poco más allá de Gibraltar, puede ser algo desconcertante al llegar, pero una vez en el centro es fácil orientarse.
La ciudad se concentra en torno a una gran plaza pública, la
Plaza de Mohammed V, y la mayoría de los alojamientos, restaurantes y lugares de interés están situados en sus alrededores. Pocas manzanas más al norte y aún parcialmente amurallada encontramos la
vieja medina, que hasta 1907 constituía toda la ciudad de Casablanca.
Justo al oeste del puerto y del centro de Casablanca, la antigua medina se remonta a finales del siglo XIX. La medina no tiene muy buena reputación, pero no es peligrosa y puede ser un buen lugar para picar algo barato y comprar souvenirs durante la
excursión de MSC Cruceros. El
Skala, un pequeño bastión del siglo XVIII, ha sido restaurado y cuenta con viejos cañones y un exclusivo café-restaurante. Erigida sobre una plataforma rocosa sobre el mar, la
Mezquita de Hassan II fue diseñada por el arquitecto francés
Michel Pinseau; está abierta a los no musulmanes y cuenta con visitas guiadas de una hora de duración que también incluyen la visita al conjunto del enorme y cuidado
hammam de la mezquita, en el semisótano.