Los problemas son muy escasos y, en general, absolutamente de carácter temporal. Lo que aparece con mayor frecuencia, evidentemente, es el hematoma o un equimosis que se relaciona principalmente con las inyecciones realizadas en la parte lateral de los párpados, porque la piel es muy fina en esa parte y debido a esa condición es que puede aparecer un pequeño moretón. Cuando este hematoma es más importante, es preferible no exponerse bajo los rayos solares durante varios días. El problema de la asimetría en la apertura de los párpados es muy poco frecuente. Cuando realizamos una inyección en la parte ubicada encima de los párpados para reducir la contracción del músculo corrugador, puede entrar en contacto con el músculo elevador del párpado una pequeña cantidad del medicamento y, por lo tanto, puede causar un relajamiento de este último músculo lo que causará una apertura limitada del párpado de ese lado. Se trata de un fenómeno muy escaso (alrededor del 1% de los casos) y puede tener un efecto de 2 a 3 semanas de duración. En gran medida puede corregirse aplicando gotas oculares que mejorarán la postura de un pequeño músculo que corregirá el debilitamiento del músculo elevador del párpado.
Otros problemas ínfimos, pero reales, pueden ocurrir cuando se infiltra en la parte inferior de los párpados, para atenuar las arrugas patas de gallo en su parte inferior; en realidad esto puede provocar que aparezca un pequeño bulto en los párpados inferiores, porque el músculo, un tanto relajado, drena en forma menos eficiente los líquidos que aparecen en esta zona; en este caso, la solución consiste en realizar un simple masaje que el paciente puede realizar por sí mismo para drenar hacia el exterior el líquido, en tanto que espera que el músculo recupere su movimiento.
Otros pequeños inconvenientes pueden aparecer en las personas que, por razones profesionales, deben presentar un aspecto sobrio o austero: evidentemente, estas personas no podrán mostrar un semblante serio o triste, ya que las inyecciones se efectuaron en el músculo corrugador y el movimiento de este músculo se redujo.
En un pequeño porcentaje de casos, aparecen resistencias de tipo inmunitario y, por lo tanto, el efecto del botox no está activo como en las demás personas.
Por otra parte, hay contraindicaciones en caso de enfermedades neuromusculares, las que son escasas, pero los médicos deben estar informados, y hay que saber que algunos tratamientos con antibióticos tienen interacciones con el botox.
Por último, también es necesario comunicar al médico la ingesta de cualquier tratamiento con substancias o medicamentos anticoagulantes, porque estos últimos pueden favorecer la aparición de moretones o de hematomas.